Vivir en Rivas 1997
Echar una mirada al pasado -reconocernos en los ritos y costumbres ancestrales de un país que ha sido arrumbado por el vertiginoso paso que la historia nos ha marcado en los últimos 80 años- no puede considerarse sino como una invitación a prever el futuro. Se ha caracterizado Rivas en toda su historia por una tendencia a volver sobre sus propios pasos, como si intentara rectificar continuamente el rumbo elegido. Así encontramos sucesivamente fases de nacer y luego desaparecer, poblar y al poco despoblar; destruir y más tarde reconstruir. En 1937 Vaciamadrid es un pequeño pueblo a caballo entre las vegas de los ríos Jarama y Manzanares y a la vera de la carretera que lleva de Madrid a Valencia. Esta privilegiada ubicación -estratégica en terminología militar- la supuso ser arrasada en la contienda civil, pasarán dos largas décadas antes de que volvamos a tener noticias de Rivas. En 1957, desde las cenizas y los propios nombres, aunque no en el mismo solar de los pequeños pueblos desaparecidos durante la última guerra civil, se reconstruye el Casco Urbano. Y se adopta el actual patronímico Rivas-Vaciamadrid. En 1997, en menos de dos décadas, la población de Rivas-Vaciamadrid ha pasado de 600 a 24.000 habitantes. ¡¡Ha multiplicado su población originaría por cuarenta!! Y se ha configurado como uno de los lugares preferidos por las familias que salen de Madrid buscando una mejora en su forma de vivir. Han encontrado en Rivas una ciudad para vivir. Es el presente, tan real, tan agobiante, tan lleno de problemas pero también tan lleno de ilusiones. Un presente que levanta acta de deceso del pueblecito que fue y del nacimiento de la ciudad en que se ha convertido. Esta ciudad tiene un tesoro de incalculable valor para enfrentar el futuro: sus gentes. Gentes cuya cultura, talante, formación y capacidad nos van a permitir ganar el futuro. Gentes que rezuman toda la fuerza y la pujanza de la savia nueva. Gentes que al venir a vivir aquí, consciente o inconscientemente nos hemos convertido en vecinos del futuro.
1999 Rivas se mueve
2009 Puntos cardinales
2010 Cazadores de sombras
Carmen Alonso se remueve inquieta en su butaca, son casi las doce y después de darle vueltas durante más de media hora, no es capaz de encontrar ningún sentido al mensaje. Recién licenciada en sociología lleva cerca de siete meses amontonando documentación que le permita preparar su tesis doctoral. “Un buen trabajo sobre el origen social del anarquismo español”, le dijo a su tutor. Desde entonces, sólo encuentra libros y documentos manidos, lo de siempre, y eso no le permite elaborar nada original y mucho menos brillante. Después de deambular por todos los agujeros posibles de Madrid donde pudiera esconderse un mínimo de textos novedosos, por fin; la librería de viejo, El Licopodio, de La Cava Baja, se le presenta como una última esperanza. Parecía que al fin la suerte le daba una oportunidad, pues el librero presumía de experto en la materia y con la primera ojeada, al menos, la oferta parecía abundante. El volumen olvidado en una estantería inaccesible le había atraído hasta las alturas: “Crónica General de la Guerra Civil”, editada por la Alianza de Intelectuales para la Defensa de la Cultura, en Valencia en 1937. Al auparse para alcanzarlo, la posición inestable hace que el libro resbale de su mano camino del suelo. Un trozo de sobre muy arrugado se desliza entre sus hojas para aterrizar próximo al extraño ejemplar, produciendo un golpe seco en la tarima. La venganza nos hará libres. Ni Dios, ni Patria ni Rey. En un viejo café de un barrio popular de Madrid tres cincuentones se encuentran después de largos años de exilio Carlos. Juan y Sergio, tres antiguos militantes de la izquierda anarquistas orgullosos, derrotados, torturados y perseguidos por el triunfo de la dictadura franquista, vuelven a reunirse veinte años después, convocados por un juramento incumplido. Una historia en la que se entrecruzan situaciones de ficción, que pudieron ser reales, con relatos reales que, hoy, parecen de ficción. Cazadores de Sombras es un ejercicio literario en el marco de la Transición española, aderezado con misterios y asesinatos y, puesto al servicio de una irrenunciable memoria histórica en la que se reivindican los perdedores. Una novela escrita con el corazón y con el estómago, que presenta otra mirada más a la izquierda de las que tradicionalmente nos quiere confundir los apologistas de una descafeinada transición.
2013 Así en el cielo, como en la tierra
Con más de 30 años de vivir en Rivas, Luis Vega publica ahora su primera antología de cuentos. El título, “Así en la tierra como en el cielo”, se relaciona con las dos temáticas principales de los cuarenta cuentos que componen la antología. Los cuentos “del cielo” nos hablan de lo abstracto, del mundo de las ideas y de los sueños, de los conflictos con las creencias, del amor y el desamor; y los de “la tierra” lo hacen de las cosas concretas, cercanas, tangibles, que nos preocupan hoy: de las luchas sociales que en este país y aquí mismo, en Rivas, se han dado en los últimos años. El autor, Luis Vega, tiene una larga historia en Rivas Vaciamadrid. Venido al municipio en la hornada del 82, Vega ha sido siempre una de las personas comprometidas que ha estado vinculado a casi todas las luchas que Rivas ha conocido. Sus inquietudes literarias son más recientes, pero desde hace ya unos años se ha volcado en ellas con creciente pasión. Multitud de cuentos y relatos cortos han ido formando el acervo literario del autor, que hace no mucho se decidió a publicar sus novelas “Cazadores de Sombras” “Puntos Cardinales”, habiendo compartido en antologías colectivas, varios cuentos y relatos, uno de los cuales fue incluido en la antología que constituyó la primera obra publicada por la editorial Escritores de Rivas, de reciente constitución. Luis Vega reconoce que después de su experiencia con los cuentos y relatos y tras la publicación de “Cazadores de Sombras” y “Puntos cardinales”, le ha picado la curiosidad por la novela. Es a ella a la que quiere dedicarse en adelante y es por eso que, para cerrar una etapa, publica ahora esta antología “Así en el cielo como en la tierra”, selección de cuentos que se encontraban esperando en el cajón, su salida a la luz. Junto a ella, su otra faceta preferida, la de grabador, le ha llevado a producir una extensa obra en poco tiempo, parte de la cual se ve reflejada en la propia antología. Luis Vega hará una nueva presentación de su antología en el Club Amigos de la Unesco – CAUM -, el próximo 25 de abril. Irá acompañada de la exposición de los grabados, de la serie “Rebelión Ciudadana”, que forman parte de el mismo proyecto “Así en el cielo como en la tierra”, aunque cada elemento tiene vida propia. La antología, publicada por la editorial Letras Vivas, está disponible en diferentes librerías. El destino de una novela es, sin duda, su publicación, pero no siempre es así con el relato corto que, la mayoría de las veces necesita compartir su destino en antologías conjuntas con otros autores, so pena de verse condenado a hibernar en un mísero ordenador. Por sí misma, una narración breve no suele tener suficiente entidad para defenderse sola. Esta compilación intenta resolver dicho problema, buscando darle un sentido a la vida de estas narraciones: la unión hace la fuerza. En su mayor parte se trata de relatos nuevos. No obstante, otros ya podían encontrarse bien conviviendo en las mencionadas publicaciones corales, bien como parte de mis propias novelas: Cazadores de Sombras o Puntos Cardinales. Por su parte, otros están inspirados, disfrutados y discretamente tomados prestados, de mis amigos de A Cuatro Manos, colectivo del que formo parte, eso sí adaptándolos a mi irrenunciable pensamiento de escritor. «Probablemente dios no existe, deja de preocuparte y disfruta de la vida» fue la propuesta de una conocida campaña en la que, además de cuestionar la existencia de un ser supremo, nos animaba a vivir placenteramente. A los creyentes, los no fundamentalistas, les venía a decir que, por si acaso, aprovecharán las oportunidades terrenales. A los negadores de ese ser todopoderoso los animaba a ser felices en este mundo, el único posible. Es, por lo tanto, una propuesta incluyente, solidaria, que suma intenciones y resta amarguras. Este compendio de relatos empieza en el cielo para pasar rápidamente a lo terrenal. Pretende divertir, a la vez que hacer pensar en lo sutil y breve del cielo, y lo espléndido y generoso de la tierra.
No busque el infierno, lo llevas contigo – 2016
“Están ahí afuera, disfrazados de gente normal, hasta que sus necesidades internas los convierten en depredadores. No buscan vuestra sangre, sino vuestra energía emocional. Tienen el poder no solo de exasperaros, sino de hipnotizaros, de obnubilaros la mente con promesas falsas hasta enredaros en sus hechizos. Los vampiros emocionales os atraen para luego vaciaros. Los vampiros emocionales son vecinos cálidos y cordiales delante de vosotros, que a vuestra espalda extienden rumores. Al principio, parecen mejores que las personas corrientes. Son brillantes, encantadores. Os caen bien, confiáis en ellos, esperáis más de ellos que de otras personas. Esperáis más, pero recibís menos y al final os capturan. Los invitáis a que entren en vuestra vida y rara vez os dais cuenta del error hasta que han desaparecido, dejándoos vacíos, las carteras vacías o, quizá, el corazón roto. Aún entonces os preguntáis… ¿Serán ellos o yo? Son ellos. Vampiros emocionales.
El asesino de la memoria – 2018
Años después de la muerte de Franco seguimos sin conocer cifras oficiales, ni siquiera aproximadas, del número de víctimas ocasionadas por la represión que siguió durante años interminables al final de nuestra dolorosa contienda civil. Es de todo punto evidente que hace años las conoceríamos nosotros y las conocería el mundo entero de no existir, ¡todavía hoy!, un propósito firme y deliberado de ocultarlas. En el Ministerio de Justicia o en cualquier otro, en las direcciones generales de prisiones y seguridad, en las auditorias de guerra correspondientes a las diversas capitanías generales, en los infinitos registros de la iglesia o en no importa qué archivo o centro burocrático tienen que existir datos concretos sobre el número de detenidos y sancionados en una u otra forma, de los muertos sin juicio previo y de los que fueron condenados a largas penas de reclusión, de los fallecidos en prisión y de los que fueron fusilados o ejecutados en garrote vil en los treinta y seis años transcurridos entre 1939 y 1975. ¿Cuántos fueron los presos políticos en un dilatado período y a cuántos millones de años alcanzan las penas de reclusión cumplidas en presidios, cárceles, destacamentos penitenciarios, campos de concentración y trabajo, batallones disciplinarios y de fortificaciones? ¿Cuántos fueron asesinados y abandonados en las cunetas de los caminos? Grabado. Nunca más, fotopolímero, punta seca. Grabado. Memoria histórica, fotopolímero, punta seca. Nota sobre el autor y su obra La memoria y la desmemoria histórica española constituyen una fuente literaria inacabable en nuestro país y fuera de él. Son algo parecido y comparable a lo que representa la cara y la cruz del pasado político, de la guerra, la dictadura y del mismo régimen continuista constituido en el 78. Memoria histórica en general, que toma diferentes denominaciones según las distintas sensibilidades políticas e institucionales, pero que aún en nuestros días sigue, toda ella, sometida al oscurantismo oficial. El secuestro oficial de la memoria o el asesinato de la misma, como intitula el autor su obra, es ya de por sí una caracterización precisa de lo que contienen sus páginas. El asesinato de la memoria tiene que ver no solo con la suerte que ha corrido la verdad histórica, sino también con lo que representa una impunidad de ochenta años, como impunidad de Estado. Impunidad y oscurantismo combinados, que, para más inri, han sido establecidas por consenso político como base del régimen del 78. Hecho objetivo este del modo y manera en el que se establece el silencio y la impunidad. Acontecimiento que, por sí mismo, es una invitación a novelar, a poder decir cosas nuevas que superen los límites impuestos, a aportar aquellos elementos que faltan como las partes de un todo, de esa verdad histórica aún oculta. Baste señalar que buena parte de la documentación de la guerra y de la dictadura sigue siendo una documentación bajo secreto de Estado, documentación fragmentada, destruida y ocultada, sobre la que se niega la necesaria inspección pública y privada, pero que se privatiza y manipula desvergonzadamente a través de entidades públicas y privadas de las familias del régimen, de fundaciones privadas que se apropian de bienes públicos, como es el caso de la Fundación Franco. La novela histórica ha abierto, por ello, en nuestro país, un gran capítulo expresivo en el que el autor se recrea a lo largo de los episodios fundamentales en el relato pormenorizado de diversos acontecimientos, tanto de la guerra como de la dictadura, y aun del periodo posterior, que afecta a la venta del Sáhara Occidental a Marruecos por mediación de los EE. UU. Sus puntos de partida no son otros que los mismos hechos históricos, como referencia obligada que fundamenta el desarrollo de la narración novelada sobre los acontecimientos, vividos o no, pero próximos en el tiempo. Todo ello, combinado con relatos de encuentros y relaciones de amor y sexo, reflejo de la experiencia y vida de una juventud, la de la posguerra, que también tuvo que descubrir todo lo relativo al sexo por su cuenta y riesgo y a la que también se le prohibía el sexo, y no solo a la juventud de la época. El franquismo del nacionalcatolicismo tenía limitado el sexo por mandato oficial de la Iglesia (la gran liquidadora de los esfuerzos de la instrucción pública y laica de nuestra sociedad y juventud, y todo ello en beneficio de sus repletas arcas) a las relaciones dentro del matrimonio, y solo cuando esa relación estaba destinada a la procreación, con oposición pecaminosa al disfrute natural. Y es que lo natural estuvo tan prohibido durante décadas como hoy sigue estando la verdad histórica. Conozco personalmente al autor de la novela, a Luis Vega, desde hace tiempo y con él comparto actividades sociales y políticas; aspiraciones y anhelos que nos ha llevado con el tiempo a colaborar en proyectos y empresas solidarias varias. En mi memoria personal se mantiene el recuerdo del día en el que las organizaciones ateas y laicas de Madrid se pusieron de acuerdo, llamando a salir a la calle a la población para poder manifestar sus reivindicaciones y aspiraciones frente a la Iglesia y su papa. Demandas expresadas en la consigna «De mis impuestos al Papa, cero». Era el 17 de agosto de 2011. Aquel día compartí con el autor de El asesino de la memoria el transporte público que nos traía del este de Madrid hasta el centro de la ciudad; ambos veníamos a participar en la manifestación convocada contra la presencia oficial del representante del Estado del Vaticano en Madrid. En aquel entonces no nos conocíamos personalmente, él era aquel día uno de los representantes de las principales asociaciones, de los promotores de la convocatoria, y yo fui convocado para tratar de ayudar a organizar un precario servicio de orden para facilitar el derecho de la población a expresar sus demandas, que tenían y tienen que ver con la libre conciencia. Yo le conocía de vista y, más tarde, la lucha nos ha llevado a poder trabajar, codo con codo, en actos e iniciativas, en definitiva, en proyectos que a día de hoy se prolongan. Supe que a Luis Vega, además de sus militancias, le quedaba tiempo para novelar cuando un día me regaló su obra anterior, editada en septiembre de 2016, y que lleva por título No busques el infierno, lo llevas contigo, que es también una novela de memoria, de memoria histórica que tiene por eje un aspecto esencial del régimen, que no es otro que el de la corrupción y la represión oficial contra el ejercicio de derechos democráticos. Cuando tuve la pieza literaria entre las manos, la comencé a hojear, fijándome sobre todo en sus páginas, que contienen dibujos, o aguatintas al azúcar, punta seca, y pasé a leer sus páginas finales, donde se relatan los acontecimientos de los colectivos políticos que, en torno al grupo En Pie, protagonizaron los rodeos al Congreso del final del movimiento 15M, y la consiguiente criminalización de que fue objeto dicha iniciativa, como otras muchas, así como el movimiento de los indignados en general. La proximidad del relato me llamó a comenzar la novela No busques el infierno, lo llevas contigo por su primer capítulo. De la memoria y de la desmemoria histórica hay mucho que hablar y, por ello, Luis Vega escribe con detalle en esta novela histórica acerca de los principales acontecimientos y lugares comunes de la guerra, con relatos que buscan la verdad y que, para más evidencia, se acompaña de las noticias periodísticas, de las fotos históricas y, a todo ello, además, agrega toda una serie de grabados personales y dibujos que —sin duda— facilitan la comprensión, ayudando, todo ello, a establecer el alcance de los acontecimientos. El asesino de la memoria, título de la novela, no es solo un recorrido novelado por los principales acontecimientos de la guerra y de la Dictadura, es, además, una búsqueda insistente de las necesarias explicaciones acerca del pasado y del presente. Lo que ya se conoce como el «modelo español de impunidad», modelo contrario a la democracia y a la justicia impuesto por la guerra, la Dictadura y el consenso. Modelo que ya dura la friolera de ochenta y dos años, desde el inicio del golpe de Estado con el que comenzó la guerra. Un golpe, y una guerra de exterminio de carácter militar fascista y vaticanista, ejecutado por un sector del Ejército sostenido por las finanzas y las armas de Hitler y Mussolini. Una matanza, más que una guerra, y un saqueo de todo tipo de bienes, materiales y morales, atropello jaleado por los terratenientes y bendecido, una y mil veces, por la Iglesia española, sostenido por el Estado vaticano, que financió y animó la matanza, a la que bautizó como una nueva «Santa Cruzada hacia Dios». El régimen de Franco y el de la monarquía continuista del franquismo han hecho de la impunidad oficial su modo político de sobrevivir mediante una mascarada seudo-democrática tras otra y, con ello, sigue haciendo frente a las demandas de las víctimas, de sus familiares y de la misma sociedad. La impunidad histórica del régimen del 78, pactada en leyes como la de Amnistía y la de la Memoria, han sido y son la invitación directa al oscurantismo, a la corrupción, al desgobierno y también a la desigualdad social. Que nadie se escandalice, ni piense que se estira el tema en demasía. La impunidad y la austeridad social se dan la mano como el precio a pagar para que se puedan prolongar los privilegios de las instituciones medievales españolas apoyadas por la Troika y la OTAN. Instituciones más de hecho que de derecho, que aún mantienen el poder y todo tipo de privilegios, en lo fundamental. Las familias del franquismo y sus privilegios han establecido con la impunidad su mejor punto de apoyo para establecer su poder sobre toda la sociedad con una mecánica política a la que antes llamaban «democracia orgánica» y que, a la muerte del dictador, simplemente llaman «democracia», pero no lo es. El recorrido de los acontecimientos históricos que la novela de Luis Vega, El asesino de la memoria, establece hace referencia, en definitiva, a toda una forma de dominación política, a un régimen y su prolongación que impide por todos los medios la verdad, la justicia y la reparación de los crímenes de lesa humanidad cometidos contra las víctimas. Realidad que está en absoluta contradicción con la democracia entendida como soberanía popular y con el derecho internacional latente que asiste a las víctimas y a sus familiares. Impunidad de Estado que se mantiene por mucho que el derecho internacional y los organismos internacionales, comenzando por la misma ONU, exijan, una y otra vez, que el modelo de impunidad español acabe de una vez. El recorrido histórico que la novela realiza es tan amplio como diverso: los frentes de guerra, los hospitales y lugares de represión, las cárceles y campos de concentración, las plazas de toros, los conventos y lugares de culto, hasta el mismo Valle de Los Caídos de Cuelgamuros, allí donde se venera cada día con flores frescas y viejos honores, con rezos reiterados, a criminales de guerra. Operaciones realizadas por unos monjes que están siendo financiados por el estado, con un monje superior que se encuentra en abierta rebeldía ante la misma justicia, y ello por negarse al cumplimiento de sentencias judiciales firmes que le obligan a entregar restos de fusilados a sus familiares. Valle que condensa un recinto político que es el del fascismo institucionalizado y personalizado con religiosos convertidos en custodios del crimen de Estado, católicamente hablando. Un monstruoso monumento especialmente dedicado al asesinato masivo, al crimen de lesa humanidad. Y todo ello con la presencia de los restos muy venerados oficialmente, tanto del fundador de la Falange como del personaje central del mismo régimen de la Dictadura. Por todo lo dicho sobre lo novelado y por aquello que el lector debe descubrir por sí mismo, invito a leer El asesino de la memoria, escrito, sin duda alguna, para ayudar a fomentar la conciencia colectiva que nos hará libres e iguales. Ildefonso Gómez Plataforma contra la Impunidad de los crímenes franquistas «Olvidar es morir dos veces». … Cuando se hundieron las formas puras bajo el cri cri de las margaritas, comprendí que me habían asesinado. Recorrieron los cafés y los cementerios y las iglesias, abrieron los toneles y los armarios, destrozaron tres esqueletos para arrancar los dientes de oro. Ya no me encontraron. ¿No me encontraron? No. No me encontraron. Pero se supo que la sexta luna huyó torrente arriba, y que el mar recordó ¡de pronto! los nombres de todos sus ahogados. Fábula y rueda de tres amigos, de Poeta en Nueva York Federico García Lorca
Historia de la Mafia Santa ¿Dónde estamos? ¿Dónde vamos? -2019
La vida es una extraña confluencia de sucesos que nos dan felicidad y disgustos. El mismo hecho puede dar a unos una cosa y a otros otra. Los filósofos se han estado preguntando durante siglos: ¿de dónde venimos? ¿Quién somos? ¿Dónde estamos? ¿Dónde vamos? y pienso que tal vez se han hecho las preguntas equivocadas. Unas preguntas quizás más interesantes podrían ser: ¿hacia dónde queremos ir? ¿Qué hacemos para conseguirlo? en la maraña social ¿con quien queremos estar? ¿a quién necesitamos enfrentarnos? A partir de este segundo bloque de preguntas podemos investigar cuáles son los mecanismos que hacen que deseemos ciertas cosas y estemos dispuestos a renunciar a otras, qué fuerzas nos impulsan a dedicar esfuerzos a conquistar unos objetivos, quienes son nuestros compañeros de viaje, y a quienes tendremos que oponernos. Hace más de ciento setenta años nuestro admirado amigo Carlos hizo unas aportaciones a la dinámica de la historia, aún no superadas hoy a pesar de los ingentes esfuerzos que han dedicado nuestros oponentes, que iniciaban el camino hacia la respuesta a las preguntas que nos hemos hecho. Hay que precisar que la respuesta no es definitiva, porque la realidad en la que nos movemos tampoco lo es, cada momento histórico, cada vida, nos hace ver un paisaje diferente, y los actores sociales, con sus objetivos asociados, van estructurando sus posiciones según los hechos que los rodean.
Nacionalismos siglo XXI Ante la globalización económica, y lógicamente política, que quita poder a los estados para transferirlo a entidades y organizaciones internacionales de carácter económico: públicas como UE, FMI, Banco Mundial, etc. o empresas privadas como multinacionales financieras, industriales y extractivas. Los estados tradicionales han reaccionado impulsando la dominación autoritaria sobre las propias sociedades y desarrollando guerras locales para dominar territorios con mentalidad económico-colonial y psicológico-militar, sin preocuparse de las formalidades democráticas —con la excusa de la «no intervención en asuntos internos» ¡¿Qué asuntos son hoy internos?!— ni, evidentemente, los derechos universales personales y colectivos. Para hacer posible su dominación ha sido necesario resucitar los grupos fascistas y neofascistas, dándoles dinero, presencia en los medios, unificándolos y obligando a los otros partidos a darles carta de naturaleza. Los estados modernos desarrollan un rancio nacionalismo excluyente que solo admite modificaciones de la distribución territorial y statu quo como consecuencia de aumentos de su área de influencia, como nos suena todo esto a la historia, como eran desde siempre los estados coloniales. Miradas las cosas desde el punto de vista de la globalización necesitamos analizar quiénes son los dominadores y los dominados, los explotadores y los explotados. Usaremos los criterio marxista de relaciones con los medios de producción, con algunas rectificaciones ya que actualmente cada vez más los trabajos no están vinculados directamente a la producción de riqueza. Una buena parte de la riqueza es un espejismo, son números en ordenadores y papeles sin ningún apoyo material, ninguna realidad les confiere el valor que les asignamos. Por lo tanto no podemos ligar la propiedad de la riqueza a la propiedad material de bienes y servicios, pero sí podemos establecer un vínculo de la disposición efectiva de la «riqueza», asignando a determinadas personas que, sin tener la propiedad, comparten la capacidad de disponer del poder de decidir qué se hace con la riqueza que entre todos los ciudadanos se genera, sea real o ficticia. No olvidemos algunos aspectos intrínsecos del tema Poder ejecutivo en sociedades sin propiedad privada de los medios de producción. Un caso paradigmático es la URSS donde los miembros del partido y la burocracia estatal decidían qué se hacía de la riqueza generada, con una participación muy marginal de la ciudadanía. Propiedad social de empresas, los mayores recordamos la publicidad de las «Matildes», acciones de la compañía telefónica de España, que los trabajadores compraban como una forma de rentabilizar los ahorros, pero con un porcentaje inferior al 10% de la propiedad del capital se tomaban todas las decisiones, la mayoría del capital, en manos de pequeñísimos inversores, no tenía ninguna posibilidad de participar en la dirección. Propiedad de entidades financieras, aseguradoras y fondos de inversión. El símil de la telaraña es el más correcto para definir la forma de propiedad de las entidades, cada una de ellas es accionista de una multitud de otras entidades, que a su vez son accionistas propietarias de la primera. Seguir este lío es realmente difícil ya que en buena parte se mueve en paraísos fiscales y otras trampas financieras. Propiedad de fondos de pensiones, está claro que incluido legalmente los cotizantes y pensionistas propietarios de los capitales, no tienen ningún poder en los fondos, que están en manos de entidades financieras con la excusa de que los capitales los gestionan mejor los especialistas, es decir los bancos. ¿De qué me suena lo del rescate de bancos? La maraña de influencias, parentescos, intercambio de favores, etc. entre los altos funcionarios con capacidad ejecutiva, legislativa, judicial. Los economistas, abogados, ingenieros de los estados, con puertas giratorias a las organizaciones internacionales donde se toman las grandes decisiones. Profesionales de la política, muchas veces con puertas giratorias a las multinacionales o los organismos internacionales. Jueces, fiscales, registradores, notarios, etc., de algunos países, también con puertas giratorias a empresas privadas, a la política, a la administración pública, o a organismos internacionales. En muchos casos podemos detectar auténticas sagas familiares casi hereditarias, o bien organizaciones semisecretas como el Opus Dei con la influencia necesaria para imponer sus candidatos. En muchos países el periodismo se ha convertido en un trabajo para mercenarios, en manos del poder político, y por consecuencia de los poderes fácticos: finanzas, religiones, ejércitos. Los ejércitos son los inventores de las puertas giratorias, cuántos nobles, políticos, etc. han ido a hacer de militares y cuántos militares han ocupado la política, desde Roma hasta Franco. Clases sociales Hoy pues la propiedad ya no es el elemento determinante de la pertenencia a la clase social dominante. Si hemos hablado que por un lado de que los estados han transferido el poder a entidades públicas y privadas, si hemos visto que la globalización ha ido generando un grupo de personas que disponen de la riqueza sin poseerla nos quedan dos preguntas: 1.- ¿Quiénes son los explotados? ¿Quiénes son los dominados? 2.- ¿El grupo dominante es homogéneo o hay contradicciones y luchas entre ellos? Cada uno puede reflexionar sobre cuáles son las respuestas a esas preguntas, yo aún no me atrevo a proponer una respuesta si antes no se produce un debate entre aquellos que deseamos un mundo mejor para nuestros hijos. Sobre Luis Vega Es en este complejo entramado social es donde aparecen personajes de todo tipo que, conducidos por la pluma de Luis Vega, nos hacen conocer nuestras propias penas, nuestros defectos, nos hacen ver nuestras contradicciones. La novela de Luis Vega es un acto de sociología práctica donde personajes, grupos, poderosos y pobres se mueven conducidos por sus necesidades, deseos, envidias, deseo de poder o voluntad solidaria. Son historias basadas en la realidad pero más que realistas son la expresión de nuestras propias vergüenzas y glorias, todos podemos encontrarnos en la situación de los personajes. Que el futuro sea como el que sueñan algunos protagonistas, de hecho aquellos con los que nos sentimos más identificados. Que seáis felices. Albert Riba President d’Ateus de Catalunya Presidente de la U.A.L. – Unión de Ateos y Librepensadores Barcelona 2 de agosto de 2019 Otra noche sin Luna en la plaza de Tirso de Molina; sensaciones de cercanía y sosiego es lo que percibe Laura, según se va acercando a su casa. Tranquilidad por doquier. Los alrededores de la casa, con el silencio adecuado de un barrio que duerme profundamente, recuperando fuerzas para el trabajo de mañana. Sólo, en el banco cercano a la Taberna de Tirso de Molina, esquina de la plaza, un vagabundo se tumba con urgencia ante su proximidad, tratando quizá, de dejar claro que ese banco es suyo y lo va a defender con su vida. La ansiedad por descansar en su sofá, le anima a apresurar el paso; sus tacones resuenan sobre las baldosas de la acera. Con la cabeza inclinada, casi vuela en la noche. Al pasar por la esquina de la calle de La Espada, un ligero ruido la hace girar la cabeza mirando en el interior de la calle. Unas sombras negras, que se confunden con la noche, se agitan con movimientos violentos a cinco metros de su posición. Parece una pelea de al menos media docena de personas, algunas con falda y pañuelo en la cabeza. ¿Un grupo de mujeres en una pelea callejera?, piensa sorprendida. Lo inusitado de la imagen le hace frenar en seco en el mismo instante que un alarido de dolor proveniente del grupo se le mete por el cuerpo. El miedo y la curiosidad hacen que cruce la calle y se refugie en un soportal, desde el que agitada ojea la esquina de la salida de la calle. Al fondo en el banco, el vagabundo se ha levantado y mira sin disimulo hacía el lugar en el que ella se ha refugiado. Pasan sólo unos segundos, puede que algo más, y por la calle empiezan a aparecer unas figuras negras con falda y un gorro similar al que llevan algunos párrocos. Uno muy alto y huesudo mira a su alrededor, comprobando que el entorno está libre. Laura, susurra para sí en voz muy baja —No son mujeres, parecen más bien curas preconciliares.
No soy negro. soy hombre. Tu me hiciste esclavo. Yo nací libre-2021
La libertad es uno de esos conceptos sobre el que todo el mundo está de acuerdo. Es importante, es buena, constituye y forma parte de la base de los ideales políticos más sobresalientes, seguramente los más importantes de todos. Pero la libertad es también el concepto en el que nadie se pone de acuerdo: ¿Cuánta deberíamos tener? ¿Es necesaria alguna limitación para que prospere? ¿Cómo puede evitarse que mi libertad en hacer algo entre en conflicto con la tuya para hacer algo distinto? Nadie puede darte tu libertad. Nadie puede darte tu igualdad o justicia o cualquier otra cosa. Si tú eres una persona, tómala. El único medio de conservar el hombre su libertad es estar siempre dispuesto a morir por ella. Cualquier sociedad que renuncie a un poco de libertad para ganar un poco de seguridad, no merece ninguna de las dos cosas. Porque la tortuga tiene los pies lentos pero seguros, ¿es esta una razón para cortarle los pies a la tortuga? Cuan frágil es la civilización que hemos construido. Miremos a nuestro alrededor, el barrio en el que te encuentras, el camino por el que has viajado esta mañana. Todo lo que ves fue construido por personas que pensaban que podrían levantarse por la mañana y no ser disparados por nadie, personas que sabían que no tendrían que atravesar un «checkpoint» para llegar al trabajo, ciudadanos con la seguridad de que podrían regresar a su casa a cenar. Convencidos de que su vivienda seguiría allí un día más. La ignorancia, el oscurantismo y el egoísmo en todos los tiempos no han producido más que rebaños de esclavos para la tiranía. El sentido de la razón, y no la fuerza, son las columnas de las leyes; y el ejercicio de la justicia es el ejercicio de la libertad. En un estado verdaderamente libre, el pensamiento y la palabra deben ser libres. La libertad de un futuro mundo es la esperanza del universo. Tenemos que empezar a pensar en la humanidad como una familia, una de esas que discute con bravura, pero que después cumple sus obligaciones con el resto de miembros, que cuando las cosas se ponen feas deja atrás cualquier disputa o división y como una piña cuida del resto. A veces hay personas que necesitan que otro les deje entrar en su vida y los proteja, esa es la función de una verdadera libertad. Pero… si alguien te dice que tienes dos minutos para correr buscando tu libertad. ¿Qué vas a llevar contigo? Antorchas chispeando al viento como hogueras, orcas persiguiendo los quejidos, las suplicas, la calentura y a los agonizantes; horror al cabo de Hornos, al Mediterráneo y la rosa de los vientos. El enigma del Mediterráneo: Un viaje buscando nueva vida a través de la muerte una nueva vida en otras costas. Aprender que si en el lugar en donde estás no tienes libertad, no puedes crecer o no se respetan tus derechos, quizás no es tu lugar. Que si no puedes ser tú mismo, es mejor que cambies de atmósfera, huir, y la mejor forma de hacerlo es seguir aprendiendo, que no dejas de querer por alejarte de tus seres queridos, y que poco a poco deja de doler la distancia. Y ojalá un día comprendamos que no podemos cerrarle las puertas al viento, que todos podemos enfrentamos a lo que sea e, incluso, superarlo. Si nos cierran las puertas de la esperanza y en su lugar ponen fronteras y muros de la vergüenza, nuestra obligación es derribarlas. Ojalá un día entendamos que todos, absolutamente todos, merecemos la pena. Que todos somos increíbles. Da igual las capacidades que tenga cada uno y las que no. Ojalá que aprendamos a perdonar en lugar de odiar, a ser felices antes de que nos arrebaten la libertad. Ojalá aprendamos a hacer felices a los que nos rodean y dejemos de juzgar sin saber, sin conocer. Y entendamos que cada uno tiene algo que aportar. Ojalá no dejemos nunca de soñar sin importar lo que puedan decir los demás, sin importar donde hemos nacido. Y no perdamos la ilusión jamás. Porque eso es lo que realmente mueve el mundo.
2022-AutobiografíaFuturo imperfecto Olvidar es morir dos veces
«Quien se para a llorar, quien se lamenta contra la piedra hostil del desaliento, quien se pone a otra cosa que no sea el combate, no será un vencedor, será un vencido lento.» Miguel Hernandez Nada más nacer salí deprisa a encontrarme con la vida y, me deje las llaves de mi casa. Por eso sigo en ella, en la vida, y no puedo regresar a casa. Es por eso que volando voy, y en el camino yo me entretengo y, quizá, también por eso amo la vida, aún en los momentos desagradables. En ese caminar aprendí que luchar por mi gente era amarme a mí mismo y, quizá ser amado por ésta, aunque cuento con que no lo sea por toda. Cerca del final de un feliz camino, es necesario pararse, reflexionar y poner en limpio los sucesos más importantes, eso sí dejando para el corazón aquellos más íntimos, esos que son propiedad de dos personas. Ese es el motivo y no otro de la redacción de éste libro. A medio camino del odio descubrí que había, dentro de mí, un amor invencible. A medio camino de las lágrimas descubrí que había, dentro de mí, una sonrisa invencible. A medio camino del caos descubrí que había, dentro de mí, una calma invencible. Descubrí a pesar de todo eso… A medio camino del invierno encontré que había, dentro de mí, un verano invencible. Y eso me hace feliz. Porque esto me dice que no importa lo duro que el mundo arremeta contra mí; en mi interior hay algo más fuerte, algo mejor, espoleando mí futuro invencible. «Triunfar en la vida no es ganar, sino tomarse un rioja cada vez que uno tropieza y levantarse cada vez que uno cae.»
2023 Historia de Rivas Vaciamadrid. La Aldea Gala. Pasado-Presente-Futuro.
Rivas-Vaciamadrid es un municipio español de la Comunidad de Madrid, situado a unos 15 km de Madrid, junto a la A-3. Cuenta con una población de 90 973 habitantes (INE, 2020). Tres cuartas partes del término municipal forman parte del parque regional del Sureste. Allí confluyen, entre cantiles yesíferos, los ríos Jarama y Manzanares. Junto a sus cauces se han ido formando, como consecuencia de una prolongada actividad de extracción de áridos, numerosas lagunas donde anidan especies de anátidas que conviven con una colonia de doscientas cigüeñas y con los halcones y milanos de los riscos. Su población creció vertiginosamente desde los escasos 300 vecinos de 1980 a los 90 973 de 2020, dando lugar a un Olvidar es morir dos veces 245 asentamiento de aluvión que es considerado como el de mayor expansión demográfica de Europa. Los barrios de Covibar y Pablo Iglesias fueron construidos por cooperativas, el primero vinculado a Comisiones Obreras y al Partido Comunista de España, y el segundo a la Unión General de Trabajadores y al Partido Socialista Obrero Español. Es un municipio que forma parte del conocido como «cinturón rojo» de la comunidad autónoma. El municipio de Rivas incorporó en 1845 Vaciamadrid, entidad perteneciente a la Villa de Vallecas, cambiándose el nombre por Ribas de Jarama (que se alternó con Rivas de Jarama en ciertos periodos). Eran dos pequeños pueblos con la población muy dispersa. Estos pueblos quedaron destruidos durante la guerra civil española por encontrarse en el frente y fueron reconstruidos por la Dirección General de Regiones Devastadas en 1954 como un solo núcleo, cambiando el nombre de Ribas de Jarama por el actual de Rivas-Vaciamadrid. El nombre de Vaciamadrid procede del árabe Faḥṣ Maŷrit, que significa «campo de Madrid», por encontrarse en ese lugar, en época andalusí, algunos de los campos de cultivo que abastecían a la población de Madrid. Junto a Faḥṣ Maŷrit se encontraba un paraje de nombre similar, Faḥṣ al-Madina o «campo de la ciudad», que después evolucionó a Salmedina. Otra hipótesis sitúa su origen en el también árabe Manzil Maŷrit, que significa el «parador de Madrid», en referencia a una posada para caminantes. Fue después Mazalmadrit, y luego Haçalmadrit. Con los siglos, olvidado ya su significado original, se Luis Vega Domingo 246 confundieron ambas palabras con la expresión «Va hacia Madrid». A partir de los años 1980 comenzaron a construirse urbanizaciones a 4 km del pueblo en dirección a Madrid. Pronto este nuevo núcleo, conocido como Rivas-Urbanizaciones, tuvo más población que el casco histórico. Desde entonces el planeamiento urbanístico ha ido encaminado a unir los dos núcleos, algo que ya se ha conseguido debido al fuerte crecimiento poblacional de este municipio. Las primeras urbanizaciones fueron las conocidas como Pablo Iglesias (viviendas tipo dúplex) y Covibar (Cooperativa Obrera de Viviendas Baratas). Posteriormente buena parte del crecimiento se ha basado en viviendas unifamiliares. En 2004 se aprobó, mediante un acuerdo con el ayuntamiento de Madrid, la alteración del término municipal con el distrito de Vicálvaro. La razón era la siguiente: al construirse la colonia Covibar, una parte del barrio se adentraba en el término municipal de Madrid (zona conocida como Covibar-Madrid), concretamente la colonia de casas situada al norte de la avenida Covibar y en torno a la avenida Dolores Ibárruri. Esta zona pertenecía al distrito madrileño de Vicálvaro y por tanto los impuestos municipales iban a parar a las arcas de Madrid. Sin embargo esta zona se encontraba totalmente aislada del resto de la ciudad de Madrid, unida al municipio de Rivas-Vaciamadrid y sufría el abandono del consistorio madrileño, hecho que en la década de 1980 propició una oleada de delincuencia debido sobre todo a que el municipio de Rivas-Vaciamadrid es vigilado por la Guardia Civil y el de Madrid por la policía nacional y por tanto la Guardia Civil no podía actuar en esa zona mientras que la Olvidar es morir dos veces 247 comisaría de policía más cercana se encontraba a más de 10 kilómetros. Finalmente y tras alcanzarse el acuerdo, esta zona fue cedida por el Ayuntamiento de Madrid al Ayuntamiento de RivasVaciamadrid, a cambio de unos terrenos deshabitados en la zona de Los Berrocales, donde se edificará un nuevo barrio perteneciente al municipio de Madrid… «Quien se para a llorar, quien se lamenta contra la piedra hostil del desaliento, quien se pone a otra cosa que no sea el combate, no será un vencedor, será un vencido lento.» Miguel Hernandez Nada más nacer salí deprisa a encontrarme con la vida y, me deje las llaves de mi casa. Por eso sigo en ella y no puedo regresar. Cercano el momento de dejar este largo camino sigo sin encontrar las llaves que me permitan regresar a casa, al punto de partida, y mientras sigo buscándolas reflexiono, ¿ha merecido la pena?: Afganistán vuelve al infierno talibán, la derecha y su extrema derecha caminan libremente por doquier, las religiones y sus iglesias mantienen su poder y el capitalismo sigue mandando el mundo… Claro que merece la pena, pues olvidar es morir dos veces y no actuar es estar muerto antes de andar. Por eso, volando voy, y en el camino yo me entretengo. Luis Vega Domingo 248 Amo la vida, aún con los momentos desagradables. A medio camino del odio descubrí que había, dentro de mí, un amor invencible. A medio camino de las lágrimas descubrí que había, dentro de mí, una sonrisa invencible. A medio camino del amor y el desamor entendí que para vivir hay que hundirse en el placer del amor y arriesgarse a la amargura del desamor. A medio camino del caos descubrí que había, dentro de mí, una calma invencible. Descubrí a pesar de todo eso… A medio camino del invierno encontré que había, dentro de mí, un verano por disfrutar. Y eso me hace feliz. Porque esto me dice que no importa lo duro que el mundo arremeta contra mí; en mi interior hay algo más fuerte, algo mejor, espoleando mí futuro invencible. «Triunfar en la vida no es ganar, sino tomarse un rioja cada vez que uno tropieza y levantarse cada vez que uno cae.» Hasta aquí me ha traído el viento. Os llevo en mi caminar aunque ya no ande con vosotros. No es una despedida, todavía tengo mucho por caminar hasta que encuentre las llaves. Es un hasta luego.