Este sábado, 31 de agosto, se cumplen 175 años de la inauguración de la torre de telégrafo óptico de Rivas Vaciamadrid con el envío del primer mensaje a través de la línea Madrid-Valencia-Barcelona. A pesar de su uso efímero, se trata de uno de los hitos que más han marcado la toponimia de la ciudad.
Esta infraestructura, sobre la que este periódico realizó una extensa investigación, fue diseñada por el ingeniero militar José María Mathé, comisionado por el Consejo de Ministros en 1844 para crear una red de telegrafía óptica permanente en España. Su proyecto consistía en la creación de torres con un sistema de comunicación en su cúspide en el que una pieza móvil en forma de bola, situada entre dos puntos de referencia, emitía códigos numéricos cifrados.
La red seguía el trazado de las carreteras y las torres eran construidas en zonas elevadas para garantizar la visibilidad. La de Rivas, al igual que toda la línea, fue inaugurada el 31 de agosto de 1849 (aunque la Gaceta de Madrid indica que comenzó a funcionar formalmente el 24 de octubre) con el envío de un mensaje de felicitación por el cumpleaños del entonces presidente del Consejo de Ministros, Ramón María de Narváez, servía a la línea Madrid-Valencia-Barcelona y estaba coordinada con las torres del cerro Almodóvar, en Vallecas, y la del Campillo, en Arganda del Rey.
El sistema fue abandonado a partir de 1852, cuando se aprobó por decreto la implantación del telégrafo eléctrico. El Estado electrificó la línea de Rivas en 1855 y no existe documentación que pruebe que la torre seguía en servicio en 1860.
Reconstrucción
El edificio era una torre prismática fortificada de planta cuadrada de 12 metros de altura y 6,4 metros de lado. Las paredes eran de piedra careada con mortero de cal, con molduras de ladrillo macizo. Tenía dos plantas más un bajo. Su gestión estaba en manos de los torreros, antiguos militares que transmitían los mensajes provenientes de los centros de producción de información.
La torre fue derruida en los años 80 del siglo XX. Desde 2003, hubo varias propuestas para la reconstrucción de la infraestructura. El 21 de diciembre de 2010, el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid firmó un convenio de colaboración con el Colegio de Ingenieros Técnicos de Telecomunicación (COITT), la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica de Telecomunicación de la Universidad Politécnica (ETSIST-UPM) y la Fundación Telefónica para proceder a su edificación en el emplazamiento original.
También se planteó el desarrollo de un pequeño museo de las telecomunicaciones en el Centro Chico Mendes, pero la iniciativa quedó en vía muerta por la falta de patrocinadores y la negativa de la Dirección General de Patrimonio Histórico regional, que indicó que el nuevo inmueble sólo debía estar compuesto por perfiles metálicos.